lunes, 23 de abril de 2012

OPINIÓN: ¿El dolor de la Ex-candidata?


Por: Camilo Zapata*


¿Quién es Margarita Polanco?, tal vez una mujer valiente que se convirtió en la piedra en el zapato del actual rector electo de la Universidad del Cauca. Quien decidió hablar porque seguramente conserva la posibilidad de la revocación en la elección de Juan Diego Castrillón, persona que ocupará el cargo que parecía de la ‘dinastía Danilo Vivas’; capítulo, al parecer, cerrado en la Universidad del Cauca.

¿Qué es lo interesante de la polémica que generó Margarita Polanco?, sencillamente pensar con qué tipo de criterios se debe escoger a la persona que ocupará el cargo más importante en la universidad, además de saber a quiénes se delegará la responsabilidad para hacerlo. En última, cuestionar el método antidemocrático, oportunista y politiquero al que hoy por fortuna se opone el programa mínimo de la MANE en la sección de Autonomía Universitaria.

“La representante estudiantil, Valeria Mosquera, tenía que justificar ante la comunidad universitaria que no había dado su voto de manera gratuita, por decirlo así, sino por quién se comprometiese con una serie de peticiones”, aseguró para un medio local Margarita Polanco. “Hoy no soy rectora pero tengo mucha tranquilidad personal. Puedo con dignidad, dictar mis clases y mirar de frente a los estudiantes sin decir que compré un voto”, finalizó. Las declaraciones de la ex candidata sugieren pensar que pasó algo más tras la elección del rector, donde Juan Diego Castrillón obtuvo seis de los nueve votos totales. ¿Será que los otros miembros también pactaron algo antes de votar por el rector?

Polanco enunció a ‘Periódico Virtual’ que: “le pedí –refiriéndose a Valeria Mosquera- un voto de confianza, pues mi propuesta no representaba las mismas costumbres políticas de siempre”, cuando se conoce que la posición de la ex-candidata es la del Ministerio de Educación y la del Gobierno Nacional, quienes el año pasado pretendieron reformar la educación del país, y es por ello que obtuvo el voto de los mencionados anteriormente, incluido el del gobernador Temistocles  Ortega Narváez.

Ni siquiera estás razones debieron llevar a los votantes a caer en el llamado ‘voto útil’, representado en la candidatura de Juan Diego Castrillón. Por el contrario cada sector, al menos de la comunidad universitaria, debió reunir en pleno a su estamento -sin miramiento alguno- para unificar la posición alrededor de la mejor candidatura; y si se equivocaban en ella, la responsabilidad sería de los unicaucanos. Es claro que quién votó en esta ocasión fue Valeria Mosquera y no los estudiantes.

¿Qué le queda hoy a la comunidad universitaria? Pienso que primero,  aceptar la “designación” del rector (como lo plantean algunos estudiantes, trabajadores, profesores, sectores políticos y sociales del departamento). Segundo, se debe cuestionar el modelo de escogencia del rector. Vale la pena recordar que el gobierno nacional pone tres de los nueve votos (gobernador, representante del Ministerio de Educación Nacional y representante de la Presidencia de la República), la comunidad universitaria tiene tres representaciones divididas  (el profesorado, el estudiantado y las directivas académicas), dos representantes que un día ocuparon un lugar en la Universidad (el ex rector y el ex alumno) y finalmente la representación del sector productivo. Y tercero, forjar un nuevo modelo de escogencia, tarea en la que trabaja el estudiantado del país desde la Mesa Amplia Nacional Estudiantil, por ejemplo.

Lo más importante es reconocer que los que deciden por nosotros, a los que una vez dimos nuestro poder, son iguales a aquellos que hoy legislan este país de caos. Para la muestra la elección del nuevo rector de la Universidad del Cauca, Juan Diego Castrillón.

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